On Parole

Bienvenidos al mundo de una cuerda loca :)

sábado, 31 de diciembre de 2011

Fantasmas,

Iba por una vieja carretera secundaria en mi coche de segunda mano. Era de noche y estaba cansado pero hacía muchos kilómetros que no encontraba una estación de servicio en la que parar. Llevaba más de diez horas conduciendo y no había llegado a ninguna parte, en algún momento había tomado el desvío equivocado pero ya era tarde para darse la vuelta. De pronto mi coche se paró. Me había quedado sin gasolina, vaya suerte la mía.
Salí del coche y a lo lejos, envuelto entre niebla, me pareció ver un pueblo. Finalmente me decidí a salir ya que en cuatro horas por esa carretera no había visto a nadie, aunque en las casas tampoco había luz, así que no tenía miedo de que me pudiera pasar algo.
El pueblo no estaba tan lejos como yo pensaba y, en menos de media hora, llegué al pueblo, si se le podía llamar así.
Eran ruinas, casas de las que solo quedaban tres paredes por aquí, un armazón de madera por allá...Mi decepción fue muy grande, ¿qué haría yo ahora? No tenía gasolina y tampoco había teléfonos...De pronto comenzó a llover, al principio una lluvia final que a los pocos minutos pasó a ser torrencial. "Las cosas ya no pueden ir a peor" pensé, me equivoqué, las cosas SIEMPRE pueden ir a peor.
Ya me disponía a irme cuando oí una vieja radio que revivió mis esperanzas de encontrarme con alguien. Me metí por un callejón oscuro y estrecho que desembocaba en lo que debió de ser la Plaza Mayor del pueblo en sus momentos de esplendor. Allí había una casa prácticamente entera que tenía una tenue luz y de la que provenía el sonido de la radio.
Llamé a la puerta sin obtener respuesta, por lo que llamé de nuevo y más fuerte hasta que de pronto la puerta se abrió con un chirrido espeluznante que quedó oculto por un trueno.
Al principio pensé que la puerta se había abierto sola, pero después descubrí a una ancianita encorvada ante mi que me invitó a pasar a su casa y que me dio un mal café caliente recién hecho que agradecí, pero a pesar de todo ni me habló, ni me miró. La casa era vieja, muy vieja, olía a cerrado, a moho y a muero. No había más muebles que los necesarios y parecían tan frágiles que con un simple soplido podrían partirse.
El café me sentó bastante bien, a pesar de lo amargo que estaba, pero en vez de despertarme, me durmió, haciendo que poco a poco cayera en un pesado sueño del que no desperté hasta la mañana siguiente, cuando un travieso rayo de sol decidió posarse en mis ojos, despertándome sin saber donde estaba.
Me levanté de la cama (¿Cómo había llegado allí?) y me dirigí a la sucia ventana que no impedía ver que el día era radiAnte, no quedaba rastro de la tormenta de la noche anterior.
Salí de la habitación y busqué a la anciana por toda la casa pero no estaba, así que salí al patio, que estaba lleno de escombros y de malas hierbas. Tras la selva que era el patio parecía haber otra construcción en buen estado, pero me resultaba imposible llegar allí sin clavarme las zarzas que habían crecido o herirme con los clavos oxidados que había por allí. Después de investigar a ver si había algún otro camino, llegué a la conclusión de que la anciana había salido a la calle. Entré de nuevo a la casa y la puerta se cerró tras de mí dando un fuerte portazo. La puerta que daba acceso a la calle también estaba cerrada, al igual que las ventanas y todas las formas de salir de la casa. Podría pensar que la anciana se había olvidado de mi de no ser por los dos trozos de pan que encontré en la cocina, junto a una taza de café de la noche anterior y un trozo de chorizo que devoré con gran apetito. A pesar de la claridad del día y del buen tiempo que hacía fuera, en la casa hacía bastante frío, por lo que encendí unos viejos troncos que olían a moho y me senté en el remendado sofá a esperar a que la anciana llegase.
En algún momento volví a dormirme, (¿tan cansado estaba?) y el sonido sordo de la puerta al cerrarse me sacó de mis sueños. Me incorporé y me dirigí a la cocina, donde oí a la anciana, pero al llegar me asusté. No era la adorable anciana que me había atendido la noche anterior, si no un ser terrible, deforme, vestido en harapos y con los ojos inyectados en sangre.
De pronto noté como había miles de ojos rojos mirándome con ansia, intentando atraparme, mirándome con ansia, rozándome con sus frías manos de hueso...No sé como saqué fuerzas para salir corriendo y, como alma que lleva el diablo llegué a mi coche, que tenía el deposito lleno...
Dos días después y cuando contaba mi historia me trataban de loco, el pueblo no existía, no figuraba en ningún mapa y por mucho que trate de volver a él no lo logré, además estaba el detalle de que le encontré porque mi depósito se quedó vacío, sin embargo estaba lleno por la mañana...
Ahora escribo esto desde la mesa de mi habitación del psiquiátrico. Dicen que estoy loco, por eso estoy aquí, pero estoy convencido de que fue real, de que ocurrió, porque en las noches de tormenta veo a la vieja ante mi, mirándome con sus ojos inyectados en sangre esperando mi muerte...

MK!

Fantasmas,

martes, 20 de diciembre de 2011

Invierno

El frío ha comenzado. El Sol no calienta, no da luz, está oculto por las juguetonas nubes. Ahora anochece pronto, amanece tarde, el viento te corta la cara y los árboles sin hojas se quedan. Los días se vuelven largos y grises y tú te quedas mirando la vida pasar…
Dentro de poco la lluvia comenzará a encapotar el cielo, a golpear con su plic plic tu ventana, los rayos iluminarán el cielo y los truenos retumbarán en tus oídos. Ha llegado el invierno y nadie lo puede evitar.
Puede gustarte más o menos pero el paso del tiempo, de las estaciones, de la vida, es inevitable. Para que algo nazca antes tiene que haber una muerte y, si no, fijaros en las flores, las cuales son como las aves fénix, que desaparecen durante el invierno para renacer de nuevo en primavera con todo su esplendor.
Ha llegado el invierno, tiempo de manta y abriga, de chocolate con churros los domingos, de ir al cine, jugar con las hojas caídas, hacer muñecos de nieve…
Ha llegado el invierno.

MK!

sábado, 10 de diciembre de 2011

La cerillera.

Era un oscuro día de diciembre, había niebla y el cielo anunciaba nieve. No se veía a nadie, todo el mundo estaba en sus casas al calor de los hogares, tomando sopas y acurrucados frente al fuego. Todo el mundo menos una joven. Su nombre era Nora, aunque todos la conocía como La Cerillera.

Era una joven de buen ver, aunque casi siempre iba desaliñada, con ropa que la venía grande y el pelo enredado...Vivía sola con su padre, un padre borracho que la golpeaba cada día por cualquier cosa, por lo que por las noches evitaba volver a casa, se dedicaba a pasear y a observar a las familias que, aunque pobre, eran felices. Pero ella no era la joven inocente que todo el mundo creía era un poco...¿cómo decirlo?...Ligera de cascos. Intentaba no acudir a casa más que cuando tenía dinero suficiente para que su padre compra alcohol pero...¿cómo lograba el dinero? Vendiendo cerillas no, porque con lo que ganaba no tenía ni para media patata...Por lo que se vendía ella.
Su desaliño era solo aparente, un disfraz para dar más pena porque las noches que no dormía en casa las pasaba o en la Mansión del Señor Pierre, un hombre viudo, rico y anciano enamorado de La Cerillera.
Nora, esa pequeña diablesa, jugaba con él, con sus sentimientos y con su dinero. Una o dos veces por semana iba visitarle, se acostaban y luego le pedía dinero. El pobre señor, creyendo las mentiras de Nora se lo daba, sin saber que casi todo el dinero era para pagar el alcohol de las fiesta de Nora o el de su padre...
Y fue en una de esas fiestas donde La Cerillera pereció, acabando con su vida de libertinaje y prostitución. Era ya muy tarde y todos estaban borrachos, pero ese día Nora no quería acostarse con nadie...Pero uno de sus amantes, presente en la fiesta, no paraba de insistir en que subiera a su habitación, ella le rechazó de buenas maneras al principio pero, finalmente, él la obligó a subir, ella no quería y pataleaba, él se enfadó y la empujó escaleras abajó, se partió el cuello. Murió al instante...Este fue el triste fin de La Cerillera...

MK!

sábado, 3 de diciembre de 2011

Era un día de niebla.

Era un día de niebla, frío y solitario, no había nadie en la calle, ningún coche, no se oía nada, ni siquiera el sonido de los semáforos, que parecían haberse quedados mudos de golpe.

De pronto algo se movió, era un gato negro; tan negro que había pasado desapercibido en la noche. Se fue. Se fue corriendo a un callejón oscuro. Ni los gatos querían estar en la calle ese día.
Entonces, cuando el gato acababa de desaparecer, apareció él, era el hombre sin sombra, era el hombre que siempre tiene hambre, mitad bestia, mitad humano.

Una vez cada mes salía de su hogar, algún lugar oculto bajo la ciudad, alguna sucia alcantarilla a la que nadie se atrevía a bajar. Era y un ser monstruoso que se alimentaba del alma de la gente, por eso el día que el salía, el resto del mundo se quedaba en casa, con las ventanas cerradas y sin hacer ni un ruido. Pero siempre había alguien, había alguna víctima que no escapa y que a la mañana siguiente era encontrada vagando sin rumbo fijo, vagando sin alma...

jueves, 24 de noviembre de 2011

Nunca digas muerte.

Año futuro. No sé cual, sólo futuro. Imaginarle como queráis, pensad si queréis en un mundo ¿mejorado? Bueno, digamos que el mundo ha sufrido cierta evolución, pensad en cualquier película futurista en la que los coches vuelan y esas cosas, pero en desastre. Si, los coches vuelan, pero sólo en una parte muy pequeña del mundo, los demás apenas tienen ni para comer. La mitad del mundo es un desierto y la otra mitad una selva de asfalto y árboles. El mundo está loco, condenado a perecer...

Los pocos que tienen se dedican a intentar mejor la especie, están obsesionados con que ellos son los elegidos para repoblar el mundo y que los demás deben ser eliminados. Los experimentos realizados en seres humanos son tan horribles que no se ni como describirles, son horribles, asquerosos...Pero, por suerte o por desgracia, no todo es perfecto y siempre se comenten errores que se escapan a nuestro entendimiento, y uno de estos errores acabó con ese mundo.

Los laboratorios farmacéuticos creían que por fin habían encontrado el veneno que acabaría de una vez por todos con los humanos que consideraban inferiores, pero necesitaba aire para propagarlo, por lo que idearon una especie de cámaras de gas muy parecidas a las usadas por Hitler en la Segunda Guerra Mundial en las que encerraron a todas las personas que pudieron. Una vez dentro esparcieron el gas y esperaron a que todos los gritos acabasen; entonces bien protegidos sacaron los cuerpos y los enterraron en fosas comunes fuera de la ciudad.

Poco a poco comenzaron a exterminar a toda la población sin que nadie pudiera hacer nada...hasta que un día ocurrió. El gas había sido experimentado en ratones y monos que tras morir fueron arrojados al vertedero, de esto hacía ya un mes y un día, sin que nadie se diera cuenta comenzaron a corretear por ahí, cuatro o cinco monos con los ojos inyectados en sangre y casi sin carne comenzaron a sembrar el terror...El gas no mataba eternamente, sólo lo hacía durante un mes y medio como mucho, eso en los animales pero...¿en las personas? Todas las personas que habían sido asesinadas de esta manera resucitaron con hambre de carne, humana o animal, y un simple arañazo o un mordisco podía infectarte y te convertía en uno de ellos...

En menos de un año todas las personas de la tierra habían sido infectadas y, en dos años la tierra era un planeta sin vida inteligente, sólo quedaban las plantas y los huesos de las personas que no supieron mantener el magnífico lugar en el que vivían...

MK!

sábado, 19 de noviembre de 2011

Hielo

Arráncate el corazón. Arráncatelo y en su lugar por un bloque de hielo que se vaya deshaciendo poco y, cuando sólo sea un charco, báñate en él, báñate en tu propio corazón y, después, ríete. Ríete de que tu corazón sea un bloque de hielo que es capaz de sentir calor, aunque te mate.

Cámbiate de corazón, pero nunca por uno de piedra, pues no se erosiona ni se destruye con facilidad, un corazón de piedra, aunque parezca la mejor opción, no lo es. No es la mejor opción, es la opción equivocada aunque parezca la correcta..¡No lo es! Si tu corazón se hace de piedra, ya no hay vuelta atrás, si te lo cambias, es la última opción.

MK!

lunes, 14 de noviembre de 2011

Nieve [4.-Muerte]

Nieve murió. Fue algo rápido, silencioso e indoloro, de noche; llovía y cuando amanecí vi su cuerpo frío a mi lado.
Nunca había llorado tanto y creo que nunca volveré a llorar así.

Nieve era lo que más quería, le recogí recién nacido, le salvé de morir, le cuide y fue mi amigo; había crecido conmigo y ahora estaba sin él. Nieve, mi pobre Nieve...Ahora ir al bosque no será igual, no tendré un compañero que evite que me pierda, ya no tendré con quien enfadarme cuando los días de nieve se esconda y al cerrar los ojos pensara que se había escapado.

Nieve, mi Nieve, ¿dónde enterrar a mi fiel amigo? Su tumba está bajo el sauce, junto a su madre y a sus hermanos. Todo el día cavando su tumba, haciendo un hoyo tan profundo que ningún animal se lo comiera. Luego le coloqué dentro junto a un ramo de rosas azules, las mismas que cuando todavía era un cachorro solía arrancar.

Luego comencé a tapar el hoyo y coloqué una losa de piedra sobre la que lloré la muerte de mi fiel amigo...

jueves, 10 de noviembre de 2011

Nieve [3.-Nieve]

Nieve. Así le llamé. Además de ser blanco como tal, cuando las primeras nevadas cubrían el suelo, descubrí lo mucho que disfrutaba corriendo entre ella, no parecía sentir el frío.
A pesar de ser un lobo, fue criado como un perro y cumple las funciones que cumplía el viejo Toby, cuidar las ovejas, guardar la casa, acompañarme al bosque...
Al poco tiempo de tenerle conmigo había crecido tanto que la cajita que yo le había otorgado se le quedó pequeña, por lo que en el jardín mi padre le construyó una caseta, aunque en las noches más frías prefería dormir en mi cama, y yo no le decía que no; era una buena estufa.


A veces Nieve volvía bajo el árbol en el que le encontré siendo cachorro; bajo ese árbol estaban enterrados su madre y sus hermanos, él solía sentarse sobre la losa de piedra que indicaba que allí estaba la tumba y entonces se ponía violento, no dejaba que nadie se acercara y lloraba; eso me partía el corazón.

Con Nieve descubrí que los mejores amigos no siempre son los hombres, y que a menudo un animal es más humano que algunas personas...

lunes, 7 de noviembre de 2011

Nieve [2.-El lobo]

Bajo el árbol había un pequeño lobo blanco cubierto de sangre, aunque no era suya, era de su madre, una gran loba negra la cual yacía a su lado, muerta, fría y con un horrible golpe en la cabeza. No estaba sola, los demás cachorros habían muerto a su alrededor, de hambre y frío. Yo me apiadé del pobre bichito y lo cogí, estaba tan débil que no se movió y no dejó de llorar hasta que no le acurruqué junto a mi, aunque parecía tener mucho hambre también, por eso me lo llevé a casa.
Dije a mi padre que no había encontrado ninguno de nuestros animales, pero si un perro pequeñito, mi padre me dijo que era un lobo pero yo me hice la loca; aunque al principio puso muchas pegas finalmente logré convencerle para que se quedara en casa con nosotros.

Le di un poco de leche que el lobo engulló con un apetito voraz. Pobrecito. Cuando le dejé al lado del fuego para que entrara en calor ni se movió, sólo se acurrucó y me miró con sus grandes ojos negros, estaba helado y asustado, no paraba de temblar. Fui a por una caja vieja y la decoré pintándola de blanco y azul, en el interior coloqué unos cojines y trapos, luego le metí dentro. El pobrecillo se camuflaba entre su cama y, si no fuera por sus grandes ojos mirándote desde dentro, nunca podrías adivinar que ahí dentro había un pqueño lobo.

Los días fueron pasando y el chiquitín fue creciendo y haciéndose más y más grande...

jueves, 3 de noviembre de 2011

Nieve [1.-Tras la tormenta]

El sol brillaba alto y radiante, aunque el día era frío. Era el primer día desde que la semana había comenzado que no llovía y un poco de luz, la verdad, es que se agradecía.

Habíamos podido salir y comprobar los efectos reales de la tormenta, que fueron muchos, y devastadores. Casi todas las casas habían quedado destrozadas y casi todos los animales habían huido, y lo más doloroso de todo, lo que todavía no se había contabilizado, las muertes. No fueron pocas.

A mí mi padre me mandó al bosque, algunas de nuestras ovejas habían huido y tenía que tratar de encontrarlas, yo sabía que era algo algo casi imposible, pero la verdad lo prefería a quedarme en el pueblo a reconstruir unas casas que con la próxima tormenta volverían a caerse...

Iba yo absorta en mi pensamiento cuando oí una especie de llanto, como de un animal; parecía un perro. Supuse que era alguno de los animales que asustado había huido del pueblo. Me acerqué; si tenía suerte nadie lo reclamaría y tendría una nueva mascota, ya que Toby, nuestro actual perro, estaba ya muy viejo.
Fui siguiendo los sollozos hasta llegar bajo un gran sauce, y allí lo vi, era la escena más enternecedora y horrible a la vez que podáis imaginar...

jueves, 27 de octubre de 2011

Infierno.

Cierro los ojos e intento respirar, pero sólo me llega un desagradable olor a azufre y a muerte. Les abro para enfrentarme a lo que hay ante mi, poco a poco, lentamente, con miedo hasta que el fuego se refleja ardiente en mis azules pupilas.
Vuelvo a cerrarles.
No quiero asumir lo que mis ojos ven, no quiero asumir que eso es el infierno porque no entiendo...¿Qué pinto yo en un infierno? No es que haya sido una santurrona, mis errores he tenido, lo reconozco, pero tampoco he sido una persona malvada, siempre me he portado bien con todo el mundo y no les he hecho el mal intencionadamente.
Cada vez tengo más...¿miedo? No sé si los muertos podemos sentir eso, pero bueno, si estuviera viva seguro que sentiría miedo, aunque la verdad es que si estuviera viva no estaría en el infierno, ¿no? La cosa es que ahora estoy en el infierno y necesito saber qué hacer, pero no veo a nadie, sólo veo el fuego que me rodea y, finalmente, me decido a cruzarlo, total, como estoy muerta no creo que pueda sentirlo aunque por si acaso cierro los ojos y acerco un dedo...No pasa nada y meto la menos entera y, para cuando me quiero dar cuenta, ya he pasado y ante mi hay algo nuevo, distinto .
No sé si sigue oliendo a muerte y azufre porque ya no lo noto. A lo que me cuesta acostumbrarme es a la visión de algunos de los seres que por ahí pululan, algunos llevan la cabeza de las manos, otros tienen gusanos en las orejas o a otros les falta medio cuerpo...Pero acabaré acostumbrándome a ello (espero).
Alzo la vista, inspiro sabiendo que no puedo respirar (¿Cómo he podido entonces oler a muerto y a azufre? Quizás los imaginé) y me interno en el caluroso infierno.

MK!

domingo, 23 de octubre de 2011

Nunca te enamores de un músico.

pequeña, ¿qué sientes?
-Siento que me han arrancado la vida, que me han quitado una parte de mi, una parte de mi ser, siento que me falta algo...Para Mi es como si me hubieran quitado de golpe la tinta con la que escribir mis versos...Imagina que a ti te quitan, así, sin previo aviso, tu música...
-Pequeña, te entiendo, y por eso te daré un consejo:"Nunca, repito, nunca, te enamores de un músico, somos traicioneros por naturaleza, sólo amamos a una mujer...la única que sabemos que es muy dificil que no nos abandone, sólo amamos a la Diosa Música, las demás no son más que meras inspiraciones para lograr tener a la Diosa en toda su plenitud...Perdona, olvida, es lo mejor que puedes hacer, toma tu lapiz, tu papel y escribe, desahogate y llora todo lo que tengas que llorar, pero nunca, te repito de nuevo, NUNCA, llores delante de un músico...Nunca le digas a un músico que le amas, nunca le digas que le añoras...nosotros no sabemos sentir esas cosas, nos aprovechamos de los sentimientos de los demás y provocamos esas situaciones solo para poder alcanzar a nuestra diosa...Y por muy hermosa que seas, nunca igualaras a las formas perfectas de la diosa...Ahora, haz lo que quieras, pero supongo que, después de esta confesión lo nuestro termina aquí...
-Sí, supongo que sí, supongo que no voy a caer dos veces en la misma trampa...Pero ya que tú me has hablado de los musicos, de la música y del dolor que pueden provocar, te diré que nosotros, los escritores, también sabemos hacer sufrir a los demás, sobre todo a los músicos, si nosotros os negáramos las palabras y el sentimiento, si nosotros no existieramos, vuestra diosa estaría muerta.
-Pero vosotros no amais tanto las palabras como para dejarlo todo por ellas.
-Sí. Yo las amo hasta el punto de, que mientras te digo esto, estoy describiendo tu pecho en mi mente. Amo tanto las palabras que en mi interior cada célula de mi cuerpo esta luchando por encontrar las palabras exactas para decirte que te amo. Pero claro, las palabras son solo palabras, quizás para un músico eso no es nada...Asique creo que jamás te diré bellamente que te amo, porque después, debería decirte bellamente que se terminó, que no puedo aguantar más...
-Sabes que tú serías incapaz de decirme que se terminó, sabes que tendría que acabar yo, que sería yo el que cojería el instrumento y tocaría la melodía más desgarradora solo para tener el valor de decirte que no te amo, que solo amo a la diosa música.
-Quizás eso sea cierto, pero entonces, me alegraría, porque eso significa que la música puede disfrutar del dolor, mientras que las palabras, siempre lloraran ante el adiós.

Después de la conversación ella se levantó, besó suavemente en los labios a su amado y se perdió entre la niebla del bosque para no volver. Pero, antes de desaparecer del todo, le escribió una carta con la que le reompió el corazón...

Las palabras más hermosas son las que más daño hacen, pero tranquilo, te quise, lástima que no pueda decir lo mismo...Ahora, cuando oiga una canción sangraré las palabras más dolorosas que puedas oir.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Apolo y Dafne

El triste laurel llora solitario,
Llora de pena, melancólica...
Llora solitaria la triste Dafne,
Brazos en rama tendidos al sol
Inclina la cabeza apesadumbrada
Ante su amante enamorado.

El Sol brilla sin fuerza,
alto, arrogante...
Apolo está solo, su ninfa no lo quiere.
El Dios llora, no alcanza su premio
El Dios la honra, la convierte en victoria.

MK!

sábado, 15 de octubre de 2011

Minino´s

¿Alguna vez alguien ha pensado como es la vida de un gato? ¿Alguna vez os habéis parado a pensar como viven?
No me refiero a los finos gatos de angora, o a los mimados mininos que podemos tener en casa. No, yo me refiero a esos gatos que viven solos en las calles de nuestras ciudades, esos gatos que, sin que nosotros lo sepamos, viven gracias a nuestra basura, esos gatos que se comen a las ratas y ratones que si no nos comerías. Esos gatos que nosotros despreciamos y echamos a patadas de las puertas traseras de nuestras cocinas.

Yo nunca me había parado a pensar en ello, hasta el día de hoy, que he visto uno de ellos mientras tomaba algo. Esto es lo que yo he imaginado, temo que no sea muy cierto, porque yo no soy capaz de meterme en su cabeza e investigar sus pensamientos...si es que los tienen:
Pongamos por caso que nazco en una casa en la que quieren mucho a mi mamá, pero no a mi papá, al que dicen que me parezco, un gato atigrado y callejero al que no conozco; tengo seis hermanos más de los cuales dos no sobrevivieron el primer día, por lo que quedamos cinco. Poco después mis hermanos empiezan a ser regalados, pero a mi no me quieren, dicen que un gato negro, por muy atigrado que pueda parecer, no da buena suerte, mis dueños no quieren más gatos y por eso no me alimentan y me dejan la puerta abierta, invitándome a irme, pero me da miedo salir.
Al final, cuando tengo hambre y me han dado varios golpes por intentar robar algo de comida, salgo. Primero me quedo cerca y, por las noches regreso a dormir, poco a poco conozco a más gatos como yo y me hago amigo del líder de la camada, el cual me enseña a robar comida de la casa en la que debería haber vivido. Poco a poco me acostumbro a la ley de la calle, a la ley del más fuerte y, como puedo, voy sobreviviendo. Vivimos tras un contenedor a la puerta de un restaurante, por lo que siempre hay comida, aunque tenemos que tener cuidado para que no nos vean ni nos oigan, porque entonces envenenan las sobras para que muramos.
Un día me encuentro solo, poco a poco todos han desaparecido y ahora me toca ser el líder de mi propia camada.

MK!

martes, 11 de octubre de 2011

Lluvia

Desde la ventana veo la lluvia, cuento las gotas que resbalan en el cristal. Observo a la gente que va de un lado a otro corriendo, tapada con paraguas negros y chubasqueros amarillos. Contemplo, extasiada, las formas de luz y color de los relámpagos, imagino que son serpentinas de colores que alguien lanza desde lo alto de los cielos.

Miro y pienso en el tacto de las gotas de agua, en su frialdad, en su suavidad...Hace tanto que no siento la tormenta que anhelo, incluso, el viento cortante que antes maldecía. Extraño bailar bajo la lluvia en las noches de luna llena...

Noto algo húmedo en mis mejillas, es una lágrima, una lágrima tan semejante a una gota que sólo sirve para acrecentar mi pena.
La lluvia sigue golpeando mi ventana y yo seguiré mirando por el cristal eternamente hasta que la muerte venga a visitarme, entonces volveré a bailar bajo la lluvia.

MK!

jueves, 6 de octubre de 2011

Special Day

Era un día gris, me había levantado sin ganas de nada, sólo era un día rutinario más; No sabía lo que iba a pasar.
Me levanté y realicé todas las actividades diarias, ducharme, hacer la cama, desayunar, vestirme e ir al instituto. Estaba cansada y las clases del día no ayudaban mucho, pero ese día iba a ser diferente.
Camino al instituto me iba encontrando con la misma gente que me encontraba todos los días, esas personas que, sin yo darme cuenta, eran una pequeña parte de mi vida. Vida que hoy iba a cambiar.
Las clases fueron aburridas, como cada día, aunque la verdad se me pasó más rápido que de costumbre, de repente ya eran las dos y media. Iban a comenzar los cambios.
Salí a la calle y el sol me cegó por unos momentos, luego me acostumbré a él. Entonces lo vi, estaba en el mismo árbol en el que cada día me esperaba, pero, a pesar de todo, seguía emocionándome cuando le veía.
En esos momentos, en el mismo instante en el que todo el mundo salía corriendo y gritando, en ese instante en el que una nube tapó el sol, mi vida cambió: Me di cuenta de que estaba enamorada, enamorada de él.
MK!

domingo, 2 de octubre de 2011

El Dragón.

En una cueva situada en lo más alto de la montaña más alta del mundo, vive prisionero. Aunque quisiera salir, no puede, pues ha crecido demasiado y no entra por la puerta, es imposible que vuelva a ver la luz del sol. Todo el día, toda la noche, cada segundo de su vida está obligado a quedarse encerrador allí abajo, mirando la pared que antaño fue roja y ahora es negra a causa de la ceniza.
En soledad llora esperando un fin que sabe que va a tardar mucho en llegar. Llora por todo lo que ha perdido. Su único consuelo, su única diversión, es contarse historias. En su mente ha visto muchas cosas que nunca nadie verá. Su mundo es tan real como la cueva, pero ilimitado, es tan grande como él quiere. En su mundo viven seres maravilloso como él mismo, tan fantásticos y tan reales....
El dragón, aunque a veces contento, no podía evitar llorar al sentirse solo...
El pobre dragón necesitaba alguien con quien reír, con quien soñar; necesitaba a alguien con quien ser feliz, alguien real.

Pero un día el dragón murió, estaba tranquilo, cerró los ojos y no les volvió a abrir. Sus huesos ahora descansan en la cueva, pero su alma vuela libre, sintiendo el aire fresco y el viento, viviendo todo lo que un día imaginó.

MK!

domingo, 25 de septiembre de 2011

Cuentos de terror 8 [El nuevo Frankenstein (o el antiguo Prometeo)]

Dicen que el cuerpo es la imagen del alma, pero eso no siempre es así...¿o sí?

En vida fue un monstruo físicamente, pero un buen hombre. Cuando murió, su espíritu decidió atormentar a todo el mundo que en vida le atormentó a él.

Nació en una noche de tormenta, en Diciembre o enero, nunca nadie se puso de acuerdo con la fecha. Su nombre también era un misterio, sus padres le abandonaron y sobrevivió gracias a la caridad de una anciana ciega, la única que vio la bondad del joven.

Nuestro monstruo era...¿cómo describirlo? Feo. Si, era feo, pero no de una fealdad soportable, era deforme, muy deforme. Tenía el cuerpo muy grande para una cabeza muy pequeña, blanco como la leche que huía del sol, andaba encorvado por culpa de que en su casa los techos eran demasiado bajos para él. Tenía el cuerpo lleno de heridas y cicatrices ya que siempre los habitantes del pueblo le pegaban y tiraban piedras cuando le veían. También tenía media cara quemada, debido a un incendio en una casa en la que entró a rescatar a un niño pequeño que se había quedado encerrado; nunca fue reconocido como un héroe, si no que fue acusado de haber provocado el incendio; desde ese momento, cada vez que alguien era atacado, cada vez que robaban a alguien, era inmediatamente acusado, por mucho que la anciana dijera que no era posible, que él era inocente. Muchas personas tenían remordimiento cuando la anciana decía que con ella se portaba muy bien y que estaba segura de que con el resto del mundo lo mismo, pues su casa siempre estaba limpia o él la llevaba a la compra de la mano.

Entonces un día pasó algo terrible en el pueblo: dos niñas pequeñas fueron violadas y asesinadas brutalmente. La policía no se esforzó mucho en buscar al asesino, si no que directamente culparon al monstruo de buen corazón que no pudo evitar ponerse a llorar cuando vio los cuerpos de las niñas. Y ya no paró de llorar hasta el día de su ejecución. Fue condenado a morir quemado.
El día señalado era un bonito día de primavera, todo el pueblo estaba presente. La ancianita no lloraba, no decía nada, pero todo el mundo la miraba con cara de pena. Entonces llegó el momento en el que la pira iba a ser encendida; cuando las primeras chispas comenzaron a quemar la paja, la anciana habló muy solemnemente:
-Vosotros quemáis a mi niño sólo su fealdad, nunca os habéis preocupado de ver dentro de él, por eso ahora quemáis a un inocente que lo único que ha hecho ha sido ayudar, mientras que entre nosotros hay un asesino y un violador, y por eso yo os condeno y condeno el espíritu de mi niño a regresa y a sembrar el terror a las personas que alguna vez le acusaron injustamente, a las personas que le golpearon y que le insultaron, a las personas que ahora le queman.
En el silencio del pueblo sólo se oía el crepitar del fuego, ya había muerto. La abuela murió al terminar de decir estas palabras...

El asunto fue olvidándose poco a poco, pero al año de la ejecución, la maldición se cumplió. Esa noche el padre del niño al que una vez salvó, murió quemado, junto con toda su familia...
Y así, año tras año...Algunos murieron de forma violenta, nunca se encontró el culpable, aunque todos sabían quién había sido...

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cuentos de terror 7 [No te fíes de las olas]

Esta historia me la contaron hace tiempo. A su vez, la madre del amigo que me la contó, había escuchado su historia a su madre y ella a su padre, que era pescador, por lo que la fidelidad de lo escrito no es mucha, aunque supongo que algo de real tendrá.
La historia ocurrió hace mucho tiempo, no sé la fecha exacta, pero supongo que sería el año 1000 después de Cristo más o menos, ¿el lugar? Tampoco me lo aclararon, pero ya que estamos en Galicia, supongo que sería en alguno de los pueblos pesqueros de esta zona. Por lo que se sabe, sólo ocurrió una vez, aunque si en verdad no fue un caso aislado, dudo que alguien sobreviviera para poder contarlo...

Un buen día de verano, un barco llamado "Apocalipsis" salió de las costas Gallegas en dirección a no recuerdo donde. Tres días después, en una de las playas gallegas aparecía un marinero de ese barco medio muerto y muy asustado, el cual narró esta historia antes de morir:
-Sirenas, señor, eso es lo que eran...¡Sirenas! como las de los libros que el señor cura nos mandó quemar, de esos antiguos señor.....Tenían un hermoso cuerpo, pero no piernas, tenían colas escamosas, escondidas bajo el agua, esas colas eran muy fuertes, con ellas golpearon el barco hasta hundirlo, señor. ¿Cómo nos acercaron a ellas? Pues por sus voces, señor, sus voces...parecen ángeles, aunque su voz no es pura como la de estos, si no tentadora...¿Qué dónde estaban? Pues en unas rocas, señor...No señor, nadie más ha sobrevivido, o eso creo, sólo yo quedo con vida...las sirenas me dijeron que contara la historia si lograba sobrevivir, aunque no sé como lo he hecho, señor, ya que una horrible tormenta me arrastró hasta aquí pero también fui golpeado contra las rocas y mi cabeza por ser muy dura no se rompió, o eso creo, señor...pero debiera haberse roto....¡AY DE MI, SEÑOR! No me quito ni sus cuerpos ni sus cantos de la mente señor...¿qué hago ahora?

Tras esta conversación el buen hombre se incorporó y fue corriendo al mar, sin que nadie pudiera impedírselo, donde encontró la muerte, aunque nunca se encontró su cadáver

MK!.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cuentos de terror 6 [La Taberna]

He de decir, antes de nada, que no sé como me he visto implicada en todo esto. No sé si llamarlo error de mi juventud (os asustaría saber cuantos años tengo); aunque no creo que calificarlo de error sea adecuado, conozco a personas que lo han calificado como tal, pero la verdad es que a mi esto me fascinó desde el principio. ¿El qué?, os preguntaréis. Lo que soy. Me fascina lo que soy, me fascina el vivir como vivo. Tienes sus cosas desagradables, como todo en esta vida, pero no me importa, las ventajas son las más. ¿Y qué eres? Os rondará esta pregunta, supongo, os lo diré: Un Vampiro. Y la historia que ahora os voy a narrar es la de como me convertí, la de como vivía antes, como morí y como volví a nacer.

Mi nombre es Eme. Antes era una escritora del tres al cuarto que intentaba lograr un super contrato que me diera la fama, aunque mientras tanto hacía entrevistas a personas sin importancia para un periódico cutre de un pueblo perdido que, paradójicamente, era muy visitado debido a su castillo en el que se cuenta la leyenda de que vivió una dama más sangrienta que la Condesa Elbereth.
Entorno a la leyenda se habían creado grupos de fanáticos formados por gente rara, gente muy rara. Uno de estos fanáticos creo una taberna, un antro que solo abría por las noches y que siempre estaba lleno. En el antro, la gente más variopinta se reunía cada noche para beber y contar relatos de terror, pero no todo el mundo podía acceder a todas las salas de este antro.
El lugar se componía de cuatro salas, pero una de ellas estaba cerrada y solo entraban a ella unas cuantas personas. Las personas que entraban eran las más extrañas de todas; no eran los escritores que, como yo, no tenían donde caerse muertos, ni los jóvenes de estética gótica que veían en el antro reflejadas las vidas de sus ídolos. No. No eran así. Eran gente que vestía elegantemente, gente que no parecía de este siglo, si no de uno o dos atrás. Nunca nadie había visto ese salón situado en el último sótano, la gente debía conformarse con ver a esos hombres y mujeres nada más caer el sol entrar en el bar e irse cuando el sol estaba a punto de nacer.

Un día decidí investigar más sobre esa zona secreta, entonces ocurrió todo. Un día de verano me decidí no entrar en el bar, si no quedarme fuera, esperando a una de esas personas elegantemente vestidas. El primero en aparecer, solo, era un hombre alto, rubio, con los ojos azules fríos y sin brillo, inexpresivos. Con mi determinación de saber lo que allí abajo ocurría, me acerqué a él, nada más verle, el miedo empezó a aparecer, pero no me eche atrás, e intenté que mi voz sonará firme, y lo hizo, o eso es lo que me dijeron, por eso me convirtieron.
-Perdón, me gustaría hacerle unas preguntas-El hombre me miró, su rostro no expresó nada, pero tenía la sensación de que había captado su atención.-Mi nombre es Eme y soy periodista, quería saber si puede ayudarme. Estoy haciendo un reportaje sobre este lugar y solo me falta visitar una sala a la que me ha sido imposible acceder. El camarero me ha dicho que no puede permitirme la entrada a no ser que alguien me invite. He pensado que usted podría ayudarme.
A lo mejor la conversación no fue así, la verdad es que no me acuerdo muy bien, estaba muy nerviosa. Lo que recuerdo es que de pronto estaba en la sala. El hombre se me presentó como Drew, mucho tiempo después me enteré de su historia, pero ahora no hablamos de él, hablamos de mi.
Drew me cogió del brazo y me guió por el bar hasta el sótano en el que día atrás un gorila me había prohibido el paso. El salón era...sigo sin tener palabras para describirlo, no sabía donde parar la vista. Estaba todavía vacío, solo había un camarero elegantemente vestido que limpiaba la barra con aire distraído y que al verme levantó la vista.
-Drew, supongo que hoy no tomarás nada ¿no?-Dijo el camarero mientras le guiñaba un ojo y me miraba.-Aunque tu compañera no sé que tomará.
-Es periodista y esta haciendo un reportaje sobre este lugar, así que responde a sus preguntas y dala lo que pida, que invito yo.
Pedí un vaso de agua y saqué mi boli y mi bloc de notas. No recuerdo nada de lo que hablé con Drew, tampoco anoté nada. Solo sé como amanecí al día siguiente o, mejor dicho, como anochecí. Porque desperté cuando el sol ya había desaparecido, con Drew a mi lado, mirándome con la misma frialdad con la que le conocí. Abrí los ojos y me incorporé.Las sábanas estaban llenas de sangre, pero no vi nada en mi, ni una herida, ni un moraton. Entonces miré a Drew y lo vi, esta vez no me pareció un ser frío, sino que me pareció que irradiaba una luz brillante y que su calor aumentaba y entonces me sonrió...y me enseñó sus colmillos
Lejos de sentir miedo o pánico, o terror, me quedé fascinada. Eran dos pequeños colmillos blancos manchados con un poco de sangre...de mi sangre. Drew me tendió una mano ensangrentada y yo, sin necesidad de que me dijera anda supe lo que tenía que hacer. Chupé su sangre hasta que me retiró la mano, pero yo estaba ansiosa, quería más sangre y Drew lo sabía. Me llevó de caza.

Yo vivía sola, por lo que tardarían tiempo en adivinar que había desaparecido y, cuando lo supieran, ya sería tarde. Ahora han pasado más de cien años y sigo siendo un caso sin resolver, un archivo que algún día desaparecerá.
Cuando yo llevaba ya unos cincuenta años con Drew, este decidió que era hora de irse. Yo me resistí al principio, pero lo entiendo, Drew llevaba existiendo casi desde el principio del mundo y estaba cansado, por lo que había cedido su sitio a Orri, un vampiro de apenas mil años que, a pesar de ser joven para dirigir a todos los vampiros, era muy influyente. Ahora él es mi compañero y el cual me ha dado todos los caprichos que Drew me negaba, como las gemelas de las que me encapriché en Nueva York, y un niño al que salvé en África...Pero ahora solo me queda contemplar el mundo, como cambia, como evoluciona o, más bien, involuciona, y escribir estas memorias que espero que nunca salgan a la luz...

sábado, 10 de septiembre de 2011

Cuentos de terror 5 [Los fantasmas del pasado]

¿ Creéis en los fantasmas? Probablemente no pero claro, ¿qué entendéis por fantasmas? Seguramente seres transparentes que mueven las cosas de sitio, sábanas blancas...¿Y qué me decís si os digo que no son esos los fantasmas a los que me refiero? Los fantasmas a los que yo hago referencia, son los recuerdos, ellos son nuestros peores verdugos, los recuerdos no perdonan y, mucho menos, olvidan. Pueden parecer arrinconados en algún lugar de tu alma, puedes pensar que, en efecto, los has olvidado, pero no, sólo has aprendido a convivir con ellos, hasta que un día salen a la superficie y ya no se van...La historia que voy a contaros no me ocurrió a mi, si no a Tarin, mi hermano mayor....

Era un agradable día de verano, algo raro aquí en el centro de la Península, y yo estaba sentada en la terraza de mi casa cuando alguien llamó a la puerta, en esos momentos pensé que ojalá fuera importante, que si no el malhumor estaría conmigo todo el día. Miré por la mirilla y...ahí estaba, sabía que era él, había cambiado mucho, pero al fin y al cabo era mi hermano mayor. Dude entre abrir la puerta o no, hacía más de 15 años que no le veía, aunque al final mis ganas de ver al que fue mi cómplice de sonrisas durante tantos años, superó a los años sin saber de él. Cometía un gran error.
Quizás me haya precipitado al decir que era la historia de mi hermano, rectifico y digo que esta es nuestra historia, la de Tarin y la mía, pero los recuerdos le atormentaron antes a él y,como supongo que dentro de poco yo correré su misma suerte, quiero dejar constancia de todo lo que ha ocurrido y de lo que probablemente me ocurra.

Deje que Tarin entrara y le invité a pasar a la terraza, había cambiado, y mucho. Siempre había sido un chico atlético, pero ahora era un saco de huesos con los grandes ojos negros hundidos y con gesto preocupado, su antaño pelo rubio bien cuidado, ahora caía sucio y lacio sobre sus hombros cansados.
-Tarin, ¿qué haces aquí? Hace 15 años prometimos...
-Sí, lo sé, pero ya no sé que más hacer, eres mi última opción, además, no quería morir sin verte una vez más.-Su voz era tan distinta a como yo la recordaba que me dio miedo, mi hermano había cambiado tanto...
-Tarin, ¿a qué has venido? Se breve, mi marido y mis hijos están a punto de llegar y no saben nada de tu existencia, y no quiero que de pronto se enteren de mis embustes. -Mi voz se había vuelto dura y comenzaba a arrepentirme de haberle dejado entrar.
-He venido a advertirte de que el pasado no ha desaparecido, de que ha vuelto, ¡Ha vuelto para atormentarnos! He hecho todo lo que he podido para que no me siguiera, pero ha sido imposible, no sé como se han enterado, pero vienen a por nosotros...-Luego comenzó a tartamudear y a decir cosas sin sentido, hasta que me harté y le dije que era hora de irse. Tarin se fue, pero sus palabras resonaban en mis oídos.

Pasé una noche horrible, no podía dormir y no paraba de dar vueltas, por lo que cuando amaneció me levanté y me puse a ver la televisión, el segundo error que cometí e menos de 24 horas, la primera noticia del día era: "Cocainomano encontrado muerto violentamente", era Tarin, no decía su nombre, pues iba sin documentación, pero era él, lo sabía, además, la forma en la que había sido asesinado me era tan familiar...
Desde ese día mi vida comenzó a cambiar, todos los días recibía mensajes amenazantes, sabía que acabaría como mi hermano,sé que acabaré como él. No sé quien me llama ni sé quien mató a mi hermano, pero si sé que es lo que sabe y lo que le ha llevado a esta locura.

Hace 15 años, exactamente hoy, cuando yo tenía 18 y mi hermano 20, ocurrió todo, no sé como, pero pasó....Mi hermano y yo fuimos de fiesta juntos, Tarin, aparte de fumar porros estaba enganchado a la coca, yo nunca lo había probado, pero esa noche me convenció para que lo hiciera. Lo siguiente que recuerdo es llegar a casa y discutir con mis padres...Mi padre dio una bofetada a mi padre y Tarin le contestó...ambos, padre e hijo, se enzarzaron en una pelea que acabó como una masacre, Tarin mató a mis padres. Mientras esto ocurría yo lloraba en un rincón. Tarin me mandó a dormir y me dijo que por la mañana llamara a la policía, que él se pondría en contacto conmigo. Yo le hice caso, pero a la mañana siguiente no recordaba con exactitud que había pasado. Llamé a la policía y después a Tarin, que me relató todo lo ocurrido, solo que mis recuerdos estaban alterados...Yo había matado a mis padres y él había decidido autoinculparse...Tras ello juramos no volver a vernos. Yo cambié mis apellidos y lo olvidé todo, pero ahora...ahora las imágenes de lo que esa noche ocurrió vuelen a mi memoria y no me dejan descansar, dentro de poco yo moriré...

PD: (Escrita en tinta roja como la sangre y de manos de un desconocido):Pasó toda su miserable vida en un hospital psiquiátrico a causa de mis amenazas, mató a toda su familia pero, la muy cobarde, no se atrevió a acabar con su vida.La policía la encontró en la cocina de su casa cubierta de sangre llorando y sin parar de repetir "Ven a por mi ahora..."

MK!

jueves, 1 de septiembre de 2011

El poder del dinero.

Lisa, una joven modelo de 19 años, lo tiene todo; unos padres que la quieren, unos hermanos pequeños que la admiran, dinero, amigas....En fin, todo lo que una chica de 19 años puede querer. Ella es feliz en la pasarela y desfilando y, aunque el primer año ella seguía siendo como siempre, poco a poco comenzó a cambiar; empezó a ser como una de esas estrellas de Hollywood quisquillosa y malcriada, sin haberlo sido nunca.
Cambió tanto que los que antes eran sus amigos comenzaron a darla de lado, su familia apenas la visitaba y ella dejó de buscarlos...Empezó a tontear con las drogas, hasta convertirse en consumidora habitual, al cumplir los 22 era la modelo mejor pagada de la historia, además de la mujer más bella.

George, un "adorable" ancianito de setenta años que vivía en una pequeña casa de la casa de campo de Lisa. Un vecino más al que la superestrella apenas hacía caso y que despreciaba casi constantemente...¿Qué pueden tener en común estás dos personas? Nada, ¿Y porqué aparecen en la misma historia? Ya lo veréis...

Lisa, acabado su trabajo como modelo, actriz y cantante, decidió ir a pasar unos días a su casa de campo. Todo el mundo sabía cuando la gran mujer llegaba a algún sitio, ya que todo un séquito de sirvientes y seguridad iban tras ella, por lo que los curiosos no podían acercarse mucho. Llegó a casa poco antes de comer, pero decidió saltarse esa comida y dormir hasta bien entrada la medianoche, hora en la que solía salir a dar un paseo y sentarse bajo un sauce llorón, el árbol que desde siempre había sido su símbolo y su refugio. Se sentó y sacó un cigarrillo que comenzó a fumar hasta que algo se lo impidió. Alguien la cogió por atrás tapándola la boca. Finalmente el hombre, porque era un hombre, la golpeó en la cabeza y ella quedó inconsciente.
Cuando despertó estaba tumbada sobre una blanda cama, atada de pies y manos y semidesnuda. Intentó gritar, pero la mordaza de su boca se lo impedía. De pronto la puerta se abrió y pudo ver al secuestrados, George. El vecino al que había tratado tan mal y del que tanto se había burlado. Lisa abrió los ojos, sus ojos verde de gato, se hicieron más grandes aún, y en ellos había miedo, mucho miedo. George se acercó a la cama y acarició su cara, bañada en sudor, con una maliciosa sonrisa en su redonda cara. Lisa temblaba e intentaba huir de sus manos, pero atada le era imposible, George la abofeteó, Lisa sollozó.
-¿Cómo te sientes? Supongo que no muy bien, ¿verdad? Pues así es como nos sentimos todos los que te rodeamos, atados y golpeados por los caprichos de una niña mimada. Ahora sufrirás por todas las veces que nos has menospreciado, por todas las veces que tus amigos han destrozado mi jardín, por todo, pequeña, vas a sufrir. -George volvió a abofetearla,pero Lisa no se movió, ya no sollozaba.
George sabía que no tenía mucho tiempo, que no tardarían en darse cuenta de la desaparición de la superestrella, aunque confiaban en que no sospechasen de él. Se dio la vuelta y bebió un trago de una botella que tenía en la mesa. Cuando se dio la vuelta golpeó a Lisa de nuevo, haciendo que cayera al suelo, entonces se sentó sobre ella y comenzó a quitarla la poca ropa que todavía tenía, Lisa temblaba, pero George no la violó. Una vez desnuda la golpeó hasta quedarla inconsciente, tal vez muerta ya, luego la cogió en brazos y la tumbó en la mesa de madera, entonces cogió un cuchillo y comenzó a realizar pequeños cortes por el cuerpo de la Diva...entonces despertó, pero no podía hacer nada, ni moverse, ni gritar ni llorar, solo mirar a George con ojos suplicantes.
Entonces comenzaron a golpear la puerta, le habían descubierto, ¿qué hacer? No podía dejar viva a su víctima, por lo que George, de un tajo certero, le corto el cuello...justo en el instante en el que recibía dos balazos en el pecho.

MK!

jueves, 11 de agosto de 2011

Cuentos de terror 4 [La dama de las colinas]

Odio esta sensación, odio el miedo que ahora siento, odio saber que dentro de poco voy a morir. ¿Cómo sé que tan horrible hecho va a ocurrir? Por los acontecimientos que hace días días tuvieron lugar:
Yo vivo en un pueblo al norte de Irlanda, toda mi familia es de descendencia céltica y todas las leyendas están muy presentes en nuestras vidas. La leyenda más famosa del lugar es la de las Banshees o damas de las colinas, seres que andan errantes por estas; su apariencia puede ser o la de una doncella hermosa o la de una horripilante bruja. Una de las segundas me apareció a mi. Son pálidas, los ojos ensangrentados por el llanto y vestidas de azul, ocasionalmente de verde, con una capa gris y raída. Su misión es la de anunciar la muerte.

Un domingo que hacía buen tiempo y en el que no llovía decidí salir a dar una vuelta por el monte, me acompañaba Rex, mi fiel perro, él es el culpable, si me hubiera avisado de que algo iba mal...pero no, Rex en vez de huir se acercó a ello, supongo, que confundió su llanto con alguna llamada de esas que sólo los perros oyen. Rex salió corriendo y yo tras él. No era la primera vez que huía, y no quería pasar varios días buscándole.
Cuando le vi, estaba al lado de la banshee, me di la vuelta rápidamente, pero tanto el perro como ella fueron tras de mi, oía sus llantos y no desapareció hasta que yo, agotada, me di la vuelta y contemplé sus ojos rojos. La visión de la banshee apenas duró un segundo, pero fue, sin duda, el segundo más largo de vida, me quedé paralizado hasta que los llantos de Rex me despertaron.

Hoy hacer días que la vi, y hace día y medio que Rex murió, la muerte le vino tranquilamente. Llorando, sabiendo que luego iría yo, le enterré en el jardín. Ahora sólo me queda esperar, pero no creáis que me he quedado en casa, he salido a disfrutar de la poca vida que me queda...

MK!

domingo, 7 de agosto de 2011

Cuentos de terror 3 [Penélope]

Todo comenzó cuando conocí a Penélope. Yo me acababa de mudar al pueblo por el trabajo de mis padres, era un pueblo aburrido con gente aburrida, o eso pensaba yo hasta que comencé el instituto.
No era un lugar muy grande, aunque acudía gente de otros pueblos cercanos; en mi clase de último curso éramos catorce personas y todas me miraban como si fuera una intrusa, aunque la verdad yo me lo había buscado por no salir de casa en todo el verano y evitándoles. La verdad es que no me importaba mucho, siempre había sido tímida y los pocos amigos que tenía estaban en la ciudad y tampoco esperaba hacer muchos en ese pueblo. Eso ocurrió, no hice amigos, bueno, sí, hice una amiga, Penélope.
Penélope estaba en mi clase y la única mesa libre era una situada a su lado, así que me acerqué. Era una chica alta y delgada, muy pálida y con el pelo largo y negro, lo que hacía que sus ojos negros destacaran. También iba vestida de negro y, aunque me dio un poco de mal rollo al principio, pensé que era como yo, además creo que teníamos gustos muy parecidos...Y no me equivoqué en nada.
Aunque al principio no hablamos mucho, poco a poco nos hicimos amigas. Mis compañeras de clase me decían que no me acercara mucho a ella, que no era una chica normal y que hacía cosas raras, aunque yo no les tomé en serio, hasta ahora no habíamos hecho nada, sólo habíamos ido un par de días a la ciudad de fiesta o dábamos largos paseos por el bosque, debí de haber hecho caso a los demás, al fin y al cabo, aunque no me apreciaban mucho, algo si lo hacían y, más de una vez me propusieron salir de fiesta con ellos, pero la verdad me lo pasaba mejor con Penélope en nuestros paseos hablando sobre los cuentos de Poe y Lovecraft, sobre música, arte...
En el fondo Penélope era una incomprendida, era muy lista, en el sentido de que tenía las mejores notas de clase y quería estudiar medicina, forense en concreto, además de que tenía una gran cultura general, nunca vi a nadie devorar libros como ella ni tocar la guitarra como Penélope lo hacía, en dos meses me hice más que en dos años....Todo parecía ir bien, pero cuando ya nos habíamos hecho inseparables, comenzaron a ocurrir las cosas raras.
Un día que me quedé a dormir en su casa; tras un largo paseo por el bosque, amanecí llena de cortes y arañazos que no era capaz de explicar. Durante mucho tiempo me ocurrían cosas así, una vez al mes, más o menos, me quedaba a dormir en su casa y, por la mañana no recordaba nada de lo que había hecho. Tras cuatro o cinco meses comencé a tener vagos recuerdos de lo que hacíamos y el miedo comenzó a recorrer mi cuerpo; recordaba ir al bosque, a lo más profundo, y recuerdo a mucha gente y una bebida que probablemente me hacía olvidar todo. También fue por esa época en la que comenzaron los ataques de lobos por la zona. Al principio sólo se veían sus huellas, pero luego empezaron a atacar el ganado y, un día, atacaron a un pastor.
Mis padres, sabiendo mi afición de ir al bosque, me lo prohibieron, pero, desobedeciéndoles, continué con mis paseos con Penélope, hasta que una noche recordé todo lo que hicimos.
Era luna llena y, como todas las noches de luna llena, fuimos al bosque, a la cueva en la que había una hoguera y mucha gente que me saludaba, aunque yo no sabía sus nombres. Penélope dijo que yo había comenzado a recordar y que era hora de contarme todo: Los ataques de lobos no eran tan cosa, no eran ataques de lobos, eran ataques de HOMBRES-LOBO, y eso es lo que somos...éramos nosotros. Yo había sido mordida por Penélope y ella era mi mentora, desde hacía tres meses todas las noches de luna llena nos tranformábamos y, para que fuera menos dolorosa, bebíamos una ambrosía que al principio tenía efectos olvidadizos.
Yo no me lo creía pero, cuando a la mañana siguiente me levanté y recordaba todo...Tras eso tuvimos que huir, nuestro secreto estaba en peligro cuando una noche que fuimos a por ovejas los pastores nos dispararon y una de las balas mató a uno de los nuestros....A la mañana siguiente sería humano.
Ahora han pasado más de ochenta años desde mi primera transformación y, aunque mi cuerpo sigue siendo el de una adolescente, mi mente está cansada. Penélope murió hace tiempo y yo escribo esto con la esperanza de que la muerte venga ya a mi...

MK!

miércoles, 3 de agosto de 2011

Cuentos de terror 2 [La casa deshabitada]

Era una tarde calurosa de verano, la tormenta no tardaría en llegar. Yo caminaba por un bosque, perdida y sin saber adonde ir; la noche estaba llegando y no quería pasarla en medio de la nada y, cual fue mi suerte, o mi desgracia, pues no lo tengo muy claro, de encontrar una casa vieja y destartalada, pero casa al fin y al cabo, un lugar en el que pasar la noche.

Entré y, a tientas, busqué en vano un interruptor, pero la casa era vieja y no tenía electricidad, por lo que tanteando las paredes y rezando para no encontrar nada raro, llegué al salón, que estaba completamente amueblado, como el resto de la casa, aunque no me preocupé mucho por eso. Me senté en un sofá lleno de polvo, esperando que amaneciera o que la tormenta estallase, cosa que no tardó mucho en ocurrir cuando, en algún lugar de la casa, un reloj sonó, asustándome y marcando las doce. Un rayo surcó el cielo, la tormenta había comenzado y ya no pararía en toda la noche. No sé en que momento me quedé dormida, pero mi sueño era inquieto y se vio interrumpido cuando el reloj dio las cuatro, yo no sabía de donde venía el sonido, era dentro de la casa, pero sonaba lejos. Intenté volver a dormir, pero me fue imposible pues comencé a notar un frío impropio de la estación en la que estaba, la tormenta parecía haber parado.

Me armé de valor y con un viejo atizador decidí ir a investigar de donde venía el sonido, no pensaba que nada malo pudiera ocurrirme en una casa deshabitada en medio del bosque.
Imaginé que el reloj estaría en alguna de las habitaciones superiores, no sabía cuantos pisos tenía la casa, supuse que dos, más un sótano y una buhardilla. Que ingenua fui al pensar que la casa estaba vacía...Cuando encontré las escaleras y comencé a subir, oí unos ruidos que me dejaron paralizada, eran unos sollozos o, más bien, llantos descontrolados que habían sido ahogados por la tormenta, entonces decidí huir bajando las escaleras despacio, muy despacio, pero entonces choqué con alguien o algo, no sé muy bien como difundir lo que era, a su lado la creación de Víctor Frankenstein era el hombre más guapo de la tierra.

Era un ser deforme con la piel llena de heridas supurantes y con indicios de lepra, era cojo y no tenía ojo derecho, en su lugar tenía una horrible cicatriz. Sus pocos dientes estaban deformes y babeaba como un bebé, su fuerza era sobrehumana, me agarró del brazo y no pude soltarme.

Ahora sé de donde provenían los horribles gritos, me han encerrado en una pequeña sala con cuatro personas más, una de ellas esta acurrucada en un rincón, sin parar de llorar y las otras tres...es horrible..son...¡Caníbales!, esos seres nos van a comer poco a poco y yo seré la siguiente, espero que alguien encuentre este relato y pare la masacre...

viernes, 29 de julio de 2011

El parque.

Había sido un día normal de verano, temperatura alta, un cielo claro y sin nubes...pero ahora era de noche y todo era distinto, el parque infantil que durante el día estaba lleno de alegres niños, por la anoche era un lugar tétrico repleto de sombras y ruidos extraños.
En el parque por las noches iban algunos yonkis a meterse y, de vez en cuando, alguno moría de sobredosis, pero últimamente algo raro estaba pasando, los yonkis habían dejado de ir allí, incluso los niños lloraban por las mañanas sin motivo aparente. Por las noches se oían ruidos raros, gritos y sonidos que una garganta humana era incapaz de emitir, y entonces comenzaron a cometerse horribles asesinatos...Todas las semanas uno o dos yonkis aparecían muertos, eso era mucha frecuencia, normalmente alguna sobredosis o en invierno algún vagabundo muerto por congelación, nunca muertes violentas, pero estas nuevas muertes...Los cuerpos aparecías mutilados, descuartizados, quemados, algunos incluso tenía signos de canibalismo.
Todos los cuerpos estaban prácticamente enteros, digo prácticamente porque a todos les faltaba algún hueso. Alguna vez la poli intentó desvelar el misterio de los asesinatos, pero sólo yo, ingenua de mi, me he atrevido a adentrarme en este tétrico lugar, y solo mi decisión de vivir creo que me salvó de morir.

Entré en el parque justo a la caída de la noche, cuando hacía ya un rato que los niños se habían ido y que ya no quedaba nadie, estaba sola y yo, cargada con mi cámara y con más miedo que vergüenza, me senté en un banco y encendí un cigarrillo esperando que algo ocurriera. Cuando ya llevaba media hora sin que pasara nada, comencé a oír los ruidos y el miedo me envolvió, encendí otro cigarro y, cuando no me llegaba ni por la mitad, apareció ante mí...No era un hombre, pero tampoco era una bestia, era un híbrido, mitad animal, mitad hombre, media uno ochenta, más o menos, y su piel era cenicienta, sus ojos eran amarillentos y su boca tenía unos horribles colmillos y no paraba de babear, sus graznidos intentaban ser humanos.
Se acercó a mi y su locura me asustó tanto que me quedé paralizada, pero, asombrosamente, no me hizo nada, se sentó a mi lado y comenzó a tocarme el pelo, las lágrimas brotaron de mis ojos y en un ataque de lucidez, le arreé un puñetazo en la cara y salí corriendo, olvidando mi cámara sobre el banco y que a la mañana siguiente la policía fue a recoger, entonces vino la sorpresa.
En la cámara no había nada, sólo se me veía a mi fumando y llorando y golpeando al aire...Me volví loca, o eso dicen, y esto lo escribo desde el centro en el que me ingresaron , pero, y esto no lo olvidéis nunca, yo sé que es lo que vi y la imagen del monstruo siempre poblará mis pesadillas, hasta el día en el que decida acabar con todo...

miércoles, 20 de julio de 2011

Relatos de terror 1: El bosque

Vivían en una casita de madera pintada de blanco cerca de un bosquecillo sobre el que circulaban horribles leyendas. Cuando compraron la casa, les recomendaron que no se asentasen en ese lugar que si el problema era el dinero, les harían rebajas en cualquier casa del pueblo, pero no en esa. Ellos insistieron, querían vivir en ese lugar, ellos no creían en las espeluznantes leyendas que contaban, pero insistieron tanto que acabaron comprando el terreno a los asustados pueblerinos. Eran una familia muy peculiar y rara, formada por tres miembros. Sam era un hombre alto y fuerte, con unos profundos ojos verdes que destacaban con su piel morena por el efecto del sol, con una espesa mata de pelo negro y rizado por la que comenzaban a aparecer canas y una alegre sonrisa. Su cuerpo era musculoso y esculpido por las inclemencias del tiempo, era leñador y carpintero, además de granjero, por que en sus tierras había construido una pequeña granja con un gallo, unas cuantas gallinas, una vaca lechera y un cerdo, además de algún conejo silvestre y Wylan, su perro. Su esposa era una mujer llamada Maibel, todo lo opuesto a su marido. Era pequeña y delgada, tanto que parecía una frágil muñeca; tenía el pelo largo y rubio, siempre limpio y recogido en una coleta con un lazo color azul y plata que brillaba cuando se movía. Solía llevar siempre un vestido azul que se ajustaba a su fino talle, aunque los domingos se ponía un vestido negro y se soltaba la coleta para ir a misa. Ella era la que dirigía la casa, quien la mantenía siempre limpia y ordenada, además ella cuidaba a los animales de la granja y del huerto. Por último, René, su hijo, un loco adolescente de quince años que hizo buenas migas con los chicos del pueblo rápidamente y que era una mezcla de sus padres, de complexión fuerte como su padre, moreno por el sol, pero con el pelo y los ojos de su madre...Las facciones de la cara debían de ser de un antepasado lejano porque eran como las de un ángel, en todos los sentidos, no solo era guapo y muy sociable, si no que era un buen chico, sacaba buenas notas, ayudaba a sus padres...aunque claro, tiene quince años y como cualquier chico de su edad, cometía alguna locura.

La familia vivía feliz en su casita, aunque debido al emplazamiento de esta, apenas tenían visitas, aunque ellos siempre eran bienvenidos en las demás casa del pueblo. Un día decidieron hacer una fiesta con motivo del cumpleaños de René, todo el mundo acudió encantado, aunque antes de que anocheciera todos se habían ido, por lo que René, Sam y Maibel se quedaron recogiendo todo hasta que Wylan, el perro,salió corriendo hacia el bosque.
René fue tras él, internándose en el bosque. Durante un rato fue tras Wylan siguiendo sus ladridos, pero cada vez eran más lejanos, hasta que dejó de oír sus ladridos, para entonces René estaba con los rubios rizos pegados a la cara por el sudor y jadeante,sólo en medio de un bosque que apenas conocía y de noche. Reemprendió el camino de vuelta a casa a oscuras, tropezando con las piedras y con las ramas, intentaba recordar el camino a casa, sin mucho éxito. Poco a poco, y sin que se diese cuenta, fue internándose más en el bosque, y lo que él no sabía era que una de las leyendas que se contaban sobre el bosque estaban a punto de hacerse realidad.
Corrían muchas leyendas sobre ese bosque, pero la más antigua era la que más asustaba a los vecinos y, en verdad, era la única que hacía que no se acercaran a él. La leyenda decía que hace mucho tiempo, cuando la magia aún existía, un mago vivía en aquel bosque, en una pequeña cabaña; el mago, a pesar de ser un poco cascarrabias y viejo, siempre estaba dispuesto a ayudar a cualquiera sin pedir nada a cambio. Este mago tenía un hijo al cual también había iniciado en la magia, pero al cual mandó lejos a estudiar con otro mago mucho más poderoso que él, pero todo salió mal, su hijo fue seducido por las artes oscuras y cuando regresó, no se dedicó a ayudar a los demás, si no a hacerles la vida imposible. Mientras su padre estuvo vivo apenas se dedicó hacer el mal, pero cuando este estaba en sus últimas, él desató todo su poder y creó una horrible bestia que aterrorizó a todo el pueblo que, desesperados, acudían a la casa del viejo mago en busca de alguna solución, aunque este no sabía como ayudarles, ya que cada vez estaba más enfermo. Al final, un día en el que la bestia que había sido creada por su hijo llevó a cabo una serie de cruentos asesinatos, el mago decidió llevar a cabo un arriesgado conjuro que probablemente acabaría con su vida, pero en esos momentos no le importaba porque...¿qué era la vida de un anciano mago en comparación con todas las vidas inocentes que la bestia se estaba llevando? Así que con mucho esfuerzo y con ayuda de un viejo bastón, el anciano mago fue al bosque dispuesto a llevar a cabo su rito de expulsión, pero no pudo acabarle...El hechizo estaba casi terminado, quedaba la parte más importante, la parte que haría que tanto su hijo como la bestia desaparecieran para siempre, pero nunca pudo llegar a terminarle, su cuerpo no aguantó y cayó fulminado sin poder acabar con la bestia que aterrorizaba a su pueblo...pero no murió en balde, ya que aunque no acabó del todo con ellos, creó una magia protectora alrededor del pueblo, gracias a esa barrera protectora su hijo y la bestia cayeron obstruidos en un eterno sueño, sin poder salir del bosque, pero nadie podía entrar en él, ya que todo todo ser vivo sería devorado...y es ahí donde entra en escena René y Wylon, ellos despertaron al mago y a su bestia que, durante tantos años habían dormido...ambos fueron devorados, al igual que Maibel y Sam que, al llegar la mañana, fueron en busca de su hijo, al que nunca encontraron...

martes, 12 de julio de 2011

El vampiro

Iba caminando por un pequeño pinar cercano a mi casa. Era de noche y no había luna pero me conocía el camino de memoria ya sabía donde estaba cada piedra del estrecho sendero de grava.
Todo estaba en silencio pero, de pronto, oí unos pasos rápidos alejándose del lugar al que en unos minutos iba a llegar. Me quedé quiero y en alerta, pero los pasos no tardaron en perderse en el silencio del pinar. Yo continué caminando hasta que algo me lo impidió, era una gran caja negra de madera con dos asas de oro a los laterales. Al acercarme más descubrí tres cosas, que la caja era muy vieja, que estaba llena de tierra y que era un ataúd, que no me atreví a abrir. Le rodee y con toda la agilidad que me daban mis cansadas piernas, regresé a mi casa. Decidí que era mejor no decir nada, cuando amaneciera regresaría al camino para ver si seguía allí y que contenía para, después, dar parte a las autoridades.
Esa noche hubo una tormenta tan horrible que hizo que los cimientos temblaran. A la mañana siguiente me enteré del acontecimiento tan escalofriante que había ocurrido durante la noche en la casa de mis vecinas. Durante la tormenta alguien había entrado en su casa y les había torturado y matado cruelmente, en sus cuerpos no quedaba ni gota de sangre y en sus cuellos había unas pequeñas marcas, como si les hubieran clavado alfileres. Por todo el pueblo resurgieron las viejas leyendas sobre vampiros que antaño habían poblado nuestras tierras y que por supuesto, no eran más que cuentos para asustar a los niños, pero en esos momentos vino a mi mente el recuerdo de la noche anterior en el bosque, el silencio, los pasos y el ataúd, también vino entonces a mi el miedo. ¿Y si los cuentos sobre vampiros no eran tan cuentos como yo creía? Me armé de valor y de una ristra de ajos, una botella de agua bendita y cruces y me dispuse a ir al lugar en el que estaba el ataúd por la noche pero, cual fue mi decepción al no encontrarle. ¿La noche me había jugado una mala pasada? No, yo juraría que por la noche había un ataúd y me lo demostraría a mi mismo. Esa noche dormiría allí, a ver si tenía suerte y el vampiro volvía a dejar en el camino el ataúd.
Entre unos arbustos hice mi refugio, en el que me pase todo el día, a la espera de que sucediera algo. No fue hasta poco antes del ocaso cuando sucedió lo que llevaba todo el día esperando. Un muchacho esmirriado de unos 16 o 17 años y un señor que más que su padre parecía su abuelo llevaban la pesada caja negra y se alejaban. Cuando desaparecieron entre los árboles y esperé un tiempo que me pareció prudencial, salí de mi escondite. El sol todavía no había desaparecido del todo, por lo que tenía unos minutos para observar el ataúd, que intenté abrir de mil maneras, pero estaba bien cerrado, por lo que desistí, al menos por ese día. De pronto vi una cosa que en la oscuridad de la noche había pasado por alto, había un nombre: "As Markson" leí varias veces lo nombre para que no se me olvidara y me dispuse a irme, fue entonces cuando oí un crujido y la tapa comenzó a moverse, asustado me fui corriendo y, sin aliento, entré en mi casa y cerré la puerta y todas las ventanas, mi mujer no dijo nada.
Esa noche alguien entró en mi casa y mató a mi mujer, yo esperaba una suerte igual que la suya, pero no. El monstruoso ser me miró con los enormes ojos negros inyectados en sangre mientras que de sus colmillos goteaba la vida de mi mujer. Me miró y supe que iba a pasar el resto de mi vida con él, recluido en un ataúd con sed de sangre hasta que algún ser humano me salvase...
Y aquí estoy ahora, varios siglos después, escribiendo mis memorias para que alguien las encuentre y venga en mi busca para acabar con mi existencia...
MK!

sábado, 9 de julio de 2011

Por la mente

Viaja por tu mente, busca y encuentra la respuesta a las preguntas que nunca te has planteado, lee entre líneas el porqué de la vida, lucha por sobrevivir.

Navega por tus sentimientos y pesca tus emociones, enfréntate a un mar en calma que no sabes que te depara en el futuro y huye de la tormenta que te puede hacer naufragar.

Explora los rincones ocultos de tu corazón, los que te indican que camino seguir, que dirección tomar.

Viaja, navega y explora, busca y encuentra, pregunta y responde pero, sobre todo, sé tu mismo.
MK

miércoles, 6 de julio de 2011

La Dama Negra

Hace mucho, mucho tiempo, en un lejano lugar sin nombre, habitaba una joven dama de gran prestigio. Provenía de una familia rica que desde siempre la había enviado a las mejores escuelas pero que aunque era buena estudiante y obtuvo unas notas excelentes, nunca se interesó en continuar los negocios familiares, cosa que desesperaba a sus padres que para evitar la desaparición de su imperio obligaron a su hija a contraer matrimonio con el hijo de unos amigos que, sin ser tan brillante como ella, también estaba capacitado para llevar el negocio. Nuestra dama, la que no estaba interesada en los negocios, estaba interesada en otro tipo de ciencias, las ciencias ocultas; era experta en todas las cosas que tuvieran que ver con la magia oscura, con el más allá, con los muertos. Sus padres no sabían que hacer con ella, al principio era una afición, algo sin importancia, pero poco a poco este mundo comenzó a absorberla y hacer que se alejara más del mundo, hasta que llegó un momento en el que apenas salía con el sol, su marido apenas la veía y sus padres vendieron las acciones de su empresa para evitar que esta desapareciera.

Un día, cuando ya hacía mucho tiempo que La Dama Negra, como habían comenzado a llamarla, no salía de casa más que en algunas noches de luna llena, desapareció. No se sabe con exactitud cuanto tiempo estuvo desaparecida, simplemente un día su marido bajó a la biblioteca para comunicarla que su padre había fallecido, comprobó que no estaba y que había una gran capa de polvo, miró en la habitación y ella no estaba, tampoco estaba su ropa, esperó dos días más, pero no apareció, entonces se decidió a llamar a la policía, aunque sabía que no le harían mucho caso. Su mujer era una loca que adoraba buscar demonios y que por la noche iba al bosque a recoger hierbas y hacer hogueras..

La verdad que que el caso llamó la atención durante una semana más o menos, una semana en la que la gente se dedicó a inventar rumores falsos sobre su desaparición, luego otros temas ocuparon sus vidas y se olvidaron de la Dama Negra, sólo era mencionada en los cuentos infantiles que las madres contaban a sus hijos para asustarles.

Era la noche de San Juan y todos habían acudido al claro del bosque para celebrarlo. Para ser el primer día de verano, la noche era fría y, poco después de las doce, una horrible tormenta obligó a todos a refugiarse en sus casas. A la mañana siguiente apenas había signos de la tormenta, pero la Dama Negra Apareció. Cuando acudieron al claro de la hoguera, de la que apenas quedaban unas cenizas, había aparecido una cruz de madera invertida y el cuerpo desnudo y mutilado de La Dama Negra, aunque hacía más de diez años desde su desaparición, estaba como ese día...

domingo, 19 de junio de 2011

3

Vivimos en un sinvivir, vivimos en una sociedad tan...¿absurda? ¿Denigrante? ¿Superficial? No, nosotros no vivimos, otros lo hacen, otros son los que deciden como hablamos, que comemos, que vestimos, que escuchamos y que pensamos, porque...¿Quién de verdad no se deja influir por los demás? Los demás no es todo el mundo, los demás son unos pocos, unos pocos privilegiados, esos privilegiados no están en cualquier sitio, nunca encontrarás a un privilegiado bajo un puente y, si lo haces, es que todo va mal...bueno, todo va peor que mal, aunque poco a poco el mundo está cambiando y no me sorprendería nada ver a las personas que rigen nuestra vida arrastrándose por el fango.
Vivimos la vida que quieren los privilegiados, vivimos la vida que ellos nunca tendrán, quizás les envidiemos normalmente, pero ¿porqué vivimos la vida que ellos quieren? Porque ellos no pueden vivirla, ellos no pueden disfrutar de los pequeños placeres...y poco a poco van a lograr que nosotros tampoco disfrutemos de ellos, aunque claro, como siempre y como en todo juego, hay excepciones a la regla, ¿no?

martes, 24 de mayo de 2011

2

Si cierras los ojos con fuerza, quizás me veas, si cierras los ojos con tanta fuerza que casi te duela, quizás me sientas, no es muy difícil percibir mi esencia, está ahí, quizás la recuerdes, ¿puedes recordar mi olor?¿Eres capaz de rememorarle? Porque yo soy incapaz de olvidar el tuyo, olías como a mañana de invierno en la que hace calor, a fuego en la chimenea.
Abre tu mente, ábrela y deja que te invadan los recuerdos, deja que los buenos momentos reinen y haz que los malos se barran en ti..qué sólo queden las cosas buenas, las risas, las alegrías, que no queden las lágrimas...
MK!

lunes, 16 de mayo de 2011

1

¿Alguna vez has sentido cómo todo el mundo se para, se postra a tus pies? ¿Alguna vez has sentido que todo lo demás te da igual y qué no quieres que pase el tiempo? Sentir esa tranquilidad, esa quietud, ese sosiego....Eso es algo que antes me parecía tan difícil de lograr y, que sin embargo, ahora es tan fácil de obtener.
Conseguir que el mundo se pare. Dicho así suena algo imposible, pero sé que no lo es, lo sé porque lo he sentido, y es la sensación más maravillosa del mundo, siempre y cuando no estés sola, siempre y cuando el mundo se pare junto con alguien, junto con alguien que te ayude a sonreír.

martes, 26 de abril de 2011

I´m a Rockstar

Era una estrella del rock. Vivía según las normas de ninguna parte, sólo sexo,drogas y R´n´R. Tocaba la guitarra en un grupo que superaba a los mismísimos Black Sabbath, se nos comparaba con Queen, AC/DC, a nuestro lado, unos aficionados. Éramos jóvenes, yo tenía veinte años, era la más pequeña, pero me sentía como si llevara en la música cincuenta años. Comenzamos dando conciertos en nuestra ciudad y acabamos tocando en los grandes festivales de metal de todo el mundo; un cazatalentos nos "descubrió" durante un concierto en un bar.
A los dos meses comenzamos a tontear con las drogas esporádicamente, pero a los cuatro, éramos unos jodidos yonkis que no podíamos vivir sin nuestra dosis, hay días de mi vida en los que estaba tan colocada que no soy capaz de recordar nada.
Antes he dicho que era, qué pasa, ¿ya no lo soy? Pues si. Mi nombre pasará a la historia como la mejor guitarrista de la historia, no es por fardar, pero es cierto; lo que pasa es que fui como estrella fugaz, morí al tocar con los pies la tierra. Bueno, dicho así queda muy poético, la verdad es que fui asesinada por una fan histérica que adoraba a mi grupo, que adoraba a mi novio y que me odiaba a mi, sólo era cuestión de tiempo que las amenazas y que los ataques hacia mi personas comenzaran a producirse, pero nunca pensé morir así, no sé, esperaba morir por sobredosis en medio de una orgía o de un concierto...Pero no, morí asesinada por una jodida barbi de metro ochenta y ojos azules que esperaba poder sustituirme y tirarse a mi novio...Obviamente no me mató sola, alguno de los guardias de seguridad estaba compinchado con ella, porque si no era imposible que alguien metiera una pistola en mi camerino, pero bueno, aunque no fue la muerte que esperaba, fue una muerte que será recordada por siempre, es la muerte de una rockstar, la muerte de alguien que ahora toca en el infierno con los grandes de la música.

lunes, 11 de abril de 2011

Un alma sin alma

Una vieja pelota en un viejo desván,
Un viejo poema que nadie leerá,
Un boli sin tinta, que ya no escribirá
no escribirá los versos con los que alguien soñará....
Un reloj parado que las horas no marcará,
no marcará la tristeza, ni la alegría,
el paso del tiempo estancado está....

Un viejo libro en un viejo desván,
Una historia que nadie soñará,
Un sueño por soñar que olvidado está,
Olvidado en el olvido de tu alma,
un alma sin alma capaz de volar,
volar a reinos lejanos, a un lejano lugar.

Y un viejo juego al que hay que jugar,
un juego que perdió sus instrucciones cuando el reloj dejó de andar,
que se quedó sin fichas cuando dejaste de soñar.

Rescata tu alma, sácala del desván,
Quítala el polvo y póntelo,
Arregla el viejo reloj para que empiece a soñar.

domingo, 20 de marzo de 2011

El amo de las marionetas (Master of puppets)

Soy tu fuente de autodestrucción, sabes que gobierno tu vida, sabes que soy tu amo, sabes que sin mi, nada eres, no puedes mirarte en el espejo sin ver mi reflejo en él...
Soy el amo de las marionetas, manejo los hijos de tu vida a mi antojo, ya sabes...obedece, obedece a tu amo...Soy el amo, el amo de las marionetas, sin mi no eres nada, conmigo, eres menos que eso.
Sabes como soy, pero te da igual, soy como tu droga, no puedes estar sin mi, te muevo a mi antojo, solo yo te manejo...no puedes huir, no puedes escapar...ven, ven y obedece a tu amo, ven ven y obedece, haz que tu vida pase más rápido.
Ved vuestros flojos cuerpos colgando de esos finos hilos en mis delicadas manos...tener el poder de gobernarte, el poder de hacer contigo lo que quiera, tener el poder de ser el amo...jajajaja quizás me volví loco, pero el recuerdo permanece, permanecerá por siempre, nunca nadie olvidará al amo de las marionetas...nunca serás libre, nunca serás tú, siempre seras un imperdonable.
MK

viernes, 18 de febrero de 2011

Por las manos :)

En ocasiones somos incapaces de expresar lo que sentimos, somos incapaces de agradecer los gestos que los demás tienen para con nosotros, pero muchas veces, no significa que no lo agradezcamos, si no que no sabemos como decirlo, porque un simple "gracias" es demasiado poco para alguien que te ha ayudado a vivir.
Pocas son las veces que decimos las palabras correctas y muchas las veces que nos equivocamos. Muchos son los pasos en falso que damos sin darnos cuenta, pero también muchas veces hay una mano que te dice que no es ese el camino, aunque no hagamos caso a esa mano, siempre estará ahí, y caminamos seguros por ese camino al saber que si te caes, te levantará.

Para todas aquellas manos que un día me ayudaron a levantarme, para todas aquellas manos que un día me marcaron el camino correcto y para todas aquellas que me siguieron aún sabiendo que no era el mejor camino, para todas aquellas personas que nunca me dejaron atrás, para todas aquellas personas que un día tomaron mi mano, para todas las personas que ahora mismo la aprietan con fuerza y para las que un día la apretaran. Para que nunca me falten esas manos.

Por todos los que con un simple "gracias" no son capaces de decir nada y para los que con una mirada lo dicen todo. Por que las manos que yo aprieto no desfallezcan y, si lo hacen, que yo sea capaz de ayudar a que vuelvan a ponerse en pie. Por todas esas manos, por todas esas personas, por todos esos caminos...

:)

lunes, 17 de enero de 2011

Bethany

Estoy condenada a vivir en el olvido, estoy condenada a soportar el peso de mi conciencia...Una vez, hace mucho, tiempo, hice algo horrible, algo que me hizo ser culpable de por vida, algo que me hizo ser prisionera en la cárcel de la conciencia, esa cárcel de muros de carne y hueso, esa cárcel que hace que las heridas estén siempre abiertas, esa cárcel de la que nunca se puede salir.

Y, vivir en el olvido, duele. Duele saber que una fuiste alguien y que ahora ya nunca podré volver ser la misma persona. Los perros me ladran al pasar, sólo ellos son capaces de comprender la magnitud de mis errores. Algo me atormenta cada noche, son los remordimientos y la culpa, el sentimiento de agobio, de saber que has sido importante, un tesoro, un diamante en bruto...Y ahora no eres nada, ni siquiera un nombre.

Cuando abro la boca para respirar me atraganto con el aire, cuando cierro los ojos para dormir, vienen las pesadillas que han de decidido quedarse a vivir en mis sueños. Intento ser sincera, pero el sabor de la sangre que correría si lo fuera...me da miedo pensar que los demás pueden sufrir por mis errores...Mi culpa es grande, muy grande, asi que solo espero que un día seáis capaces de perdonarme.

Yo no creo que aguante mucho más, cuando leáis la carta, estaré ardiendo en el infierno...

Bethamy