On Parole

Bienvenidos al mundo de una cuerda loca :)

miércoles, 3 de agosto de 2011

Cuentos de terror 2 [La casa deshabitada]

Era una tarde calurosa de verano, la tormenta no tardaría en llegar. Yo caminaba por un bosque, perdida y sin saber adonde ir; la noche estaba llegando y no quería pasarla en medio de la nada y, cual fue mi suerte, o mi desgracia, pues no lo tengo muy claro, de encontrar una casa vieja y destartalada, pero casa al fin y al cabo, un lugar en el que pasar la noche.

Entré y, a tientas, busqué en vano un interruptor, pero la casa era vieja y no tenía electricidad, por lo que tanteando las paredes y rezando para no encontrar nada raro, llegué al salón, que estaba completamente amueblado, como el resto de la casa, aunque no me preocupé mucho por eso. Me senté en un sofá lleno de polvo, esperando que amaneciera o que la tormenta estallase, cosa que no tardó mucho en ocurrir cuando, en algún lugar de la casa, un reloj sonó, asustándome y marcando las doce. Un rayo surcó el cielo, la tormenta había comenzado y ya no pararía en toda la noche. No sé en que momento me quedé dormida, pero mi sueño era inquieto y se vio interrumpido cuando el reloj dio las cuatro, yo no sabía de donde venía el sonido, era dentro de la casa, pero sonaba lejos. Intenté volver a dormir, pero me fue imposible pues comencé a notar un frío impropio de la estación en la que estaba, la tormenta parecía haber parado.

Me armé de valor y con un viejo atizador decidí ir a investigar de donde venía el sonido, no pensaba que nada malo pudiera ocurrirme en una casa deshabitada en medio del bosque.
Imaginé que el reloj estaría en alguna de las habitaciones superiores, no sabía cuantos pisos tenía la casa, supuse que dos, más un sótano y una buhardilla. Que ingenua fui al pensar que la casa estaba vacía...Cuando encontré las escaleras y comencé a subir, oí unos ruidos que me dejaron paralizada, eran unos sollozos o, más bien, llantos descontrolados que habían sido ahogados por la tormenta, entonces decidí huir bajando las escaleras despacio, muy despacio, pero entonces choqué con alguien o algo, no sé muy bien como difundir lo que era, a su lado la creación de Víctor Frankenstein era el hombre más guapo de la tierra.

Era un ser deforme con la piel llena de heridas supurantes y con indicios de lepra, era cojo y no tenía ojo derecho, en su lugar tenía una horrible cicatriz. Sus pocos dientes estaban deformes y babeaba como un bebé, su fuerza era sobrehumana, me agarró del brazo y no pude soltarme.

Ahora sé de donde provenían los horribles gritos, me han encerrado en una pequeña sala con cuatro personas más, una de ellas esta acurrucada en un rincón, sin parar de llorar y las otras tres...es horrible..son...¡Caníbales!, esos seres nos van a comer poco a poco y yo seré la siguiente, espero que alguien encuentre este relato y pare la masacre...

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