On Parole

Bienvenidos al mundo de una cuerda loca :)

lunes, 4 de junio de 2012

Cuadros [Parte II]

21 de Agosto, algún lugar.

Mi querido Juan:

Eres el hombre al que he amado como a ninguno y al que abandoné…Ahora que ha pasado un año creo que te debo una explicación de porqué me fui. Si te soy sincera, no sé muy bien porque, quizá por lo incomprendida que me sentía en ocasiones a tu lado, quizá por lo ocurrido tras la muerte de tu madre…Pasaron tantas cosas en tan poco tiempo que no pude aguantar más y decidí que lo mejor era irme, pro antes te dejé algo que debería haberte puesto sobre la pista de mi nuevo hogar pero, tras tanto tiempo esperando, supongo que no entendiste.

Recurro a ti como última opción, porque no tengo más lugar al que ir que nuestra casa, a la que renuncié cuando me fui. Gran paradoja que mi casa sea el último lugar al que recurro ahora que estoy sola…bueno, sola no, tengo a alguien a quien espero que acojas también en tu casa, aunque solo sea temporalmente.

Que sepas que el cartero ha subido a darte la carta en mano porque estoy en el portal, esperando una respuesta.

Siempre tuya:

SARA.

Juan no cabía en si de gozo pero, ¿con quien estaba Sara? Lo mejor sería bar y comprobarlo. Sara estaba de espaldas, como siempre. Juan intentó pronunciar su nombre pero no le salió la voz, por lo que se acercó silenciosamente hasta rozarla el hombro, ella se sobresaltó y se dio la vuelta. Ambos se quedaron largo rato mirándose, Juan miraba a Sara de arriba abajo y se detenía en el bulto de sus brazos, Sara miraba a Juan deteniéndose en sus ojos. De pronto, un rayo de sol travieso hizo que el bulto se moviese y Sara dejará de mirar a Juan para centrarse en él, en hacer que dejara de llorar.

-Es… ¿mi hijo?-se atrevió a preguntar Juan al fin.

Sara asintió con los ojos llorosos y Juan cogió al niño, no tenía el año, por lo que cuando Sara se fue se acababa de enterar que estaba embarazada, y lo miró con toda la ternura con la que se puede mirar a alguien.

Al acercarse más a Sara pudo ver que estaba mucho más delgada que cuando se fue, cosa rara pues, sin ser obesa, siempre había tenido buenas curvas, la luz de sus ojos también había desaparecido.

-¿Cómo se llama?

-No tiene nombre todavía,-dijo Sara avergonzada.- no uno elegido por los dos.

-¿Y el registre? Algún nombre tuviste que darle.

-Juan, como tú, aunque sé que no te gusta.

Juan se echó a reír, era cierto que nunca hubiera puesto a su hijo su nombre, pero el mal ya estaba hecho.

Sobre su risa empezaron a oírse los quejidos de Juan, al que desde ese momento Sara y Juan llamaron Juanillo. Subieron a casa.

Estaba muy desordenada pies, tras un año solo, Juan había ocupado casi todas las estancias para guardar los cuadros, habiendo llevado la cama de su madre al salón, donde pasaba todo el día pintando. En dos minutos Sara hizo de la casa un lugar más habitable.

Tras comer, Juanillo se quedó dormido y, con mucho cuidado para que no se cayera, le llevaron a la cama , de donde no se movió hasta que el sol desapareció.

Juan y Sara, tras volver a acostar a Juanillo, se pasaron casi toda la noche hablando de lo que pasaría a partir de ese momento. En ocasiones Juan hablaba y Sara escuchaba, o viceversa, o no hablaban ninguno de los dos y simplemente se miraban, o Sara lloraba y Juan le abrazaba. Esa noche se echaron en cara muchas cosas, se perdonaron muchas otras y propusieron cambiar.

Cuando amaneció, lo único que habían sacado en claro era que iban a volver a intentarlo, por Juanillo, por lo que un día fueron.

MK!


[Continuará]

No hay comentarios:

Publicar un comentario