On Parole

Bienvenidos al mundo de una cuerda loca :)

miércoles, 22 de octubre de 2014

El olor del mar

Y aquí vuelvo de nuevo, esta vez con algo escrito por mí. Ya sé que hace poco os dije que casi no tengo tiempo para escribir (y es cierto) pero no os dije toda la verdad y es que...casi todo el tiempo que tengo para esta noble tarea..la uso para escribir fics.
No ha sido hasta verano que no empecé a hacerlo, y uno de los motivos por los que lo hago es porque me resulta mucho más sencillo, ya que los personajes, algo que me resulta muy complejo de crear, ya están hechos, ya tienen sus personalidades y yo solo tengo que tomarlas prestadas del autor.
El fic que os voy a dejar hoy es  un Jerza (esto es una pareja, Jeral y Erza :3), personajes pertenecientes a la serie de Fairy Tail, de Hiro Mashima. El fic está ambientado tras los Grandes Juegos Mágicos, espero que lo disfrutéis y que si no habéis visto la serie lo hagáis!!

EL OLOR DEL MAR

Erza salió de casa de Lucy tras casi seis horas arreglándose. La rubia había insistido en ayudarla en cuanto se enteró de que tenía una cita con Jerall.
Después de ir a comer juntas a uno de los restaurantes más lujosos de toda la ciudad, fueron a los baños termales. Una vez dentro de las piscinas, comenzaron a hablar de lo que podía suceder durante la noche, aunque Erza no se atrevía a augurar nada, por si acaso lo gafaba.
Al salir de los baños, decidieron ir de compras. Aunque Lucy no necesitaba ampliar su vestuario, decidió que si Erza tenía vestidos nuevos para sus citas con Jerall, ella necesitaba vestidos para cuando quedaba con alguno de sus amigos…
Pasaron horas y horas entre telas para encontrar el vestido perfecto, y al final, cuando creían que ya no iban a dar con él, lo vieron. Estaba en el escaparate de una pequeña tienda que había cerca de la casa de Lucy. Era largo y negro de una tela muy suave y que se deslizó por el cuerpo de Erza como si de un guante se tratara.
-¡Erza! ¡Estás preciosa!-Gritó Lucy cuando la vio salir del probador.
-¿Tú crees? No sé, ¿no me hace gorda?
-No digas tonterías, ¡si tú no estás gorda!
Al final, tras discutir un rato, Erza decidió llevarse el vestido, aunque lo acompañó de unos zapatos y un bolso, Lucy le dijo que le dejaba el resto de complementos.
Ya en casa de Lucy, Cáncer arregló su melena y la rizó por completo, haciendo desaparecer el flequillo. Mientras el espíritu estaba llevando a cabo su trabajo, Lucy no le dejaba mirarse en el espejo, temiendo que no le gustase y tirase todo el esfuerzo del explotado Cáncer.
Al final, cuando Erza se miró al espejo, hasta ella se quedó sin palabras. Se veía muy guapa, y esperó, con todas sus fuerzas, que Jerall fuese de su opinión.
-¡Mucha suerte!-Le gritó Lucy a Erza cuando esta ya se iba.
Erza saludó con la mano, aunque sin darse la vuelta. La iba a necesitar.
Llegó a la puerta del teatro poco antes de que la obra comenzase. Estaba atestado de gente y temió no encontrarle, pero pocos minutos después vio su pelo azul entre la multitud. Se acercó a él temblando, como si fuera a enfrentarse al más temible enemigo, pero se tranquilizó cuando él, al verla sonrió.
-¡Guau!-Fue lo primero que dijo al verla.-Estás preciosa.-Añadió al ver que Erza había empezado a ponerse roja.
-Gra…gracias.-Murmuró ella.-Tú también estás precioso, digo guapo.-Y la peliescarlata no mentía. Jerall llevaba un traje negro, una camisa del mismo color y una corbata del color de su pelo, que, como siempre, estaba despeinado.
Jerall tendió su brazo a Erza, que se agarró a él con delicadeza, y, agarrados, se dirigieron al interior del teatro. En cuanto se sentaron, apagaron las luces y dio comienzo la función. La obra que estaban viendo pertenecía a un poeta que había muerto recientemente, pero que escribía como los ángeles.
Tras casi dos horas de función en las que estuvieron sentados sin apenas rozarse, por fin salieron de nuevo al exterior. Había llovido y en el ambiente flotaba ese olor a humedad tan agradable.
-¿Te apetece ir a cenar?-Preguntó Jerall con las manos en los bolsillos.
-La verdad es que sí…tengo mucha hambre.
Jerall condujo a Erza por las estrechas calles que estaban tras el teatro, hasta llegar a una pequeña pero pintoresca plaza que no parecía real, sino una de esas plazas de postal. Allí, entre dos portales oscuros, había un pequeño restaurante aspecto francés.
Cenaron de maravilla pues el cocinero era magnífico. Durante la cena solo hablaron de la obra que habían visto. Estaban muy nerviosos los dos. Tras pagar una cuenta ridícula por todo lo que habían comido, salieron de nuevo al exterior.
-¿Y qué hacemos ahora?-Pregunto Erza temerosa de que él respondiese que irse a casa.
-¿Quieres venir a tomar algo a mi casa?-Jerall decidió no andarse con rodeos. Erza abrió los ojos y la boca sin saber muy bien qué contestar.-Si no quieres venir…Lo comprendo.
-¡No! No es eso, si estoy deseando ir pero…¿A Meredy no le molestará que vaya?
-No te preocupes por ella…ha ido a hacer un trabajo, esta noche estaremos solos…
Al final Erza decidió que lo mejor era ir. No sabía cuándo el peliazul aceptaría tener de nuevo una cita con ella. Caminaron en silencio por calles silenciosas hasta llegar a la casa en la Jerall y Meredy habían establecido su cuartel general tras la desaparición de Ultear.
El chico abrió la puerta con un rápido gesto y dio la luz. No era muy grande, pero estaba limpia y bien decorada. Cómo se notaba la presencia de una mujer en ella. Jerall guio a Erza hasta el salón y esta se sentó en un cómodo sofá de cuero mientras él iba a la cocina a por unos vasos.
Volvió poco después con dos vasos llenos de vodka en una mano y la botella en la otra. Sabía la afición de esa bebida por su amiga. Comenzaron a beber en silencio, pero poco a poco la conversación fue fluyendo. Sorprendentemente Erza no había vaciado su copa todavía.
De pronto, la Titania se levantó y se acercó a la ventana más cercana, que daba a un patio trasero bastante bien cuidado.
-¿Cómo encontrasteis esta casa? Es preciosa.
-Fue Meredi quien la encontró. Tiene un don para encontrar cosas bonitas y baratas.-Jerall se encogió de hombros y se acercó a Erza, tomándola de la mano.-Pero si esto te parece bonito, ven a ver…
Jerall llevó a Erza a su habitación. No era muy grande pero, como el resto de la casa, el espacio estaba muy bien aprovechado. El chico abrió la ventana, que daba a un pequeño balcón con vistas al mar.
Erza se quedó sin respiración. Hasta ella llegaba el olor salado del mar y el ruido de las olas rompiendo en la playa. Cerró los ojos con fuerza y casi pudo sentir las frías olas mojando su cuerpo, pero en vez de eso, sintió el calor de Jerall cerca de ella.
La Titatnia abrió los ojos y descubrió que Jerall le estaba rodeando con fuerza, Ella se dejó abrazar mientras ambos miraban el mar, hasta que no lo pudo soportar más y se giró, mirando a Jerall directamente a los ojos. Él sonreía.
-Jeral…-susurró, pero él puso un dedo en los labios y no dijo más, se quedó quieta mientras le miraba, deseando que ese momento no acabase nunca. Los minutos pasaban lentamente y ellos no decían nada, solo se miraban perdidos en la inmensidad de sus miradas.
De pronto, y sin que ninguno de los dos fuese consciente de lo que estaba sucediendo, sus labios se juntaron. Erza sintió un escalofrío recorriendo todo su cuerpo cuando notó los cálidos labios de Jerall posándose sobre los suyos. Él la abrazó con fuerza y, sin darse cuenta, ambos estaban en el interio de la habitación deshaciéndose de las ropas que no permitían que sus cuerpos se juntasen.
Cuando Jerall se deshizo del vestido de Erza, que se quedó solo con una finísima ropa interior, se quedó contemplando su cuerpo extasiado. Erza estaba roja y trataba de cubrirse con los brazos, pero Jerall le sujetó con fuerza por las muñecas, obligándola a estarse quieta. Con ágiles movimientos el mago se deshizo de la poca ropa que le quedaba y la tumbó suavemente sobre la cama.
Pasaron largo rato explorando sus cuerpos, investigando los rincones que hacía tiempo ambos deseaban conocer, hasta que, por fin, se unieron en un solo ser.
El orgasmo les llegó a los dos en el mismo momento, haciéndoles llegar al culmen de la felicidad. Cuando Jerall se tumbó al lado de Erza en la cama tenia la espalda llena de arañazos y de mordiscos de la peliescarlata, pero no le importó. Podía marcar ese día en el calendario como uno de los más felices de su vida.
-¿Te apetece que nos demos una ducha?-Preguntó. Erza asintió, sentía el cuerpo pegajoso de sudor y del hermoso recogido que Cáncer le había hecho apenas quedaban unos pocos rizos enredados.
Al final, en vez de una ducha se dieron un largo baño juntos. Al salir, sentían sus fuerzas renovadas. Erza volvió a ponerse su ropa interior y abrió uno de los cajones para buscar una de las camisetas de Jerall.
Ambos se deslizaron entre las sábanas y Jerall abrazó a Erza con fuerza contra su pecho. No querían pasar ni un minuto separados.
El amanecer les descubrió despiertos, abrazados, en silencio, sintiendo sus corazones latir mientras el mar ponía la música de fondo.


Decir que el dibujo es un fanart que encontré por google y que me pareció muy mono. Obviamente Erza y Jeral no son niños cuando transcurre esta historia.


MK!!!!


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